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BANDA DE BAYAMO: LEGADO MUSICAL DE CUBA.
Por: Ernesto Parra Muñoz.
 
Al escuchar las historias familiares vinculadas a Manuel Muñoz Cedeño, mi abuelo Luis Muñoz Valdés contaba que su bisabuelo Manuel era un hombre mestizo, hijo de Calixto Muñoz su tatarabuelo y de su esposa Francisca Antonia Cedeño.
Desde joven Manuel Muñoz se inclinó al estudio de la música, además aprendió otros oficios como los de albañilería, llegando a ser maestro de obras en la ciudad que lo vio nacer un primero de enero de 1813, en el lugar que ocupa hoy el Museo Provincial que lleva su nombre, al lado de la vivienda de Tristán de Jesús Medina, otro ilustre bayamés.
 
Muñoz llegó a convertirse en un notable violinista, compositor y director de orquesta de la sociedad bayamesa del siglo XIX considerado por su obra musical uno de los más destacados músicos cubanos de entonces, mostró gran interés y vocación por la música que lo llevó a tocar varios instrumentos de cuerdas y vientos como flauta, piano, guitarra, violín, violoncelo, despuntando como un notable compositor.
 
Tenía aptitudes y actitudes que le permitieron crear la primera orquesta del Bayamo natal, integrada por hijos, sobrinos y otros descendientes familiares a quienes enseñó y orientó en el terreno musical, llegando a nutrirse de elementos de gran significación, cultura y arraigo de la sociedad bayamesa de su época.
 
El 11 de junio de 1868, Muñoz dirigió su orquesta para tocar la versión original del Himno de Bayamo instrumentada musicalmente por él en el Te Deum y procesión del Corpus Christi en presencia de las autoridades españolas instaladas en la ciudad y de esta manera da a conocer la música de La Bayamesa, marcha subversiva contra el régimen español, escrita por su amigo Perucho Figueredo con la convicción de morir por la patria es vivir.
 
Al atreverse a tocar la música del Himno mostró no solo sus habilidades como músico sino su fidelidad infinita a su compadre y amigo, de igual modo a los patriotas bayameses que confiaron en él para asumir tan alta responsabilidad, exponiéndose a todo por la independencia de Cuba.
 
De sacra, no tenía nada aquella pieza musical que el 11 de junio del 68 llamaba desde su génesis al combate, así se consolidó una idea que meses después, en octubre del propio año, moradores de la ciudad de Bayamo reclamaron la letra de aquella música, que desde sus primeros acordes había movido conciencia y sentimientos.
 
A pesar de no haber tenido el reconocimiento social en el país y por las sociedades bayamesas del siglo XIX, su figura constituye paradigma y legado para Cuba y para la ciudad que lo vio nacer, testigo de uno de los hechos trascendentes de la historia patria que nos define como la Cuna de la Nacionalidad Cubana. Manuel Muñoz Cedeño no solo es el instrumentador del Himno Nacional de Cuba, lo es también de La Bayamesa, primera canción romántica cubana compuesta por Céspedes, Fornaris y del Castillo.
 
155 años han pasado de la interpretación de la música del Himno Nacional, hecho histórico - cultural protagonizado por músicos precursores de la que hoy, bajo el nombre de Banda Provincial de Conciertos, otra generación de hombres y mujeres, continúa el legado musical, del mismo modo que lo protagonizaron aquellos, dirigidos por su fundador Manuel Muñoz Cedeño en el Bayamo redentor de 1868.
 

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